¿Es machista el mundo del vino?
Cada vez son más las mujeres que están al frente de las bodegas argentinas. Cómo fue hacerse lugar en un ambiente históricamente liderado por varones.
Mucho se habló de los cambios en el mundo del vino argentino en los últimos 30 años. Que nuestro Malbec ha llegado a cruzar límites inimaginables, que la calidad que ofrecen nuestras botellas son comparables con la de productores centenarios y de gran reputación, que el trabajo en suelos y viñas de los últimos 10 es asombroso… todo en términos generales muestran una maduración importante de nuestros vinos.
Sin embargo, poco se habló de la labor y el esfuerzo que han hecho decenas de mujeres en ese mundo dominado por varones y donde se suele hablar de enólogos y directores de bodegas masculinos.
En términos generales (más allá del vino), según los datos de la consultora Grant Thornton International el porcentaje actual de mujeres en los cargos de liderazgo senior es menor al 30%, de los cuales un 5% de aumento se produjo en el último año. En el rol de CEO o de director general, sólo el 15% de las empresas a nivel mundial tienen una mujer que lidera el negocio.
En Argentina, aunque se nota un crecimiento con años anteriores, hoy en día sólo el 23% de los puestos directivos están en manos de mujeres y el 58% de las empresas analizadas no tiene ninguna mujer en la alta dirección.
Si bien en el mundo del vino no existen estadísticas de cuantas mujeres lideran equipos de bodegas, el crecimiento femenino se hace notar cada vez más a fuerza de trabajo y capacidad. Donde cada vez se reciben más mujeres en carreras de enologías y de agronomía hasta casi llegar a igualar el porcentaje de varones.
En busca de la equidad
Susana Balbo ostenta con orgullo ser la primera mujer en recibirse de enóloga en 1981 la Universidad J. A. Maza de Mendoza, donde recibió el diploma de honor y medalla de oro. Es una de las abanderas dentro y fuera de la industria. Y ante la pregunta de si es más difícil el ambiente del vino para una mujer, responde sin titubeos: “No conozco un lugar que no presente desafíos, todo es según el cristal que uses para mirarlo. Para mí no lo es. Lo fue hacen muchos años, pero hoy es muchísimo más fácil”.
Balbo contó varias veces que hace 30 años en Bodega Giol le negaron un cargo directivo por el sólo hecho de ser mujer, y que hasta llegaron a no invitarla a los asados del Día del Enólogo por su condición de género.
Belén Soler Valle es dueña y manager de Bodega Vinos de Potrero, un emprendimiento familiar que comparte con el ex futbolista y actual manager del club Boca Juniors Nicolás Burdisso. “El ambiente del vino como mujer no me resulta difícil, al contrario: es un desafío diario, está todo para explorarlo y hacer recorrido”, sostiene la joven emprendedora.
Lorena Mulet, enóloga de Bodega Cruzat, es la persona que Pedro Rosell eligió como su mano derecha, y que puso los ojos en ella desde que era su alumna en la facultad de Agronomía: “Siempre sentí una profunda admiración por él. Además de su conocimiento, es un ser muy divertido, por lo que no dudé en aceptar cuando me convocó a ser parte de Bodega Cruzat”.
Para Lorena “hoy en día las mujeres tienen su lugar en la industria y son aceptadas como iguales”, afirma y agrega: “No creo que hayan menos mujeres en enología, quizás no son las más visibles en los medios. Las mujeres estaban sobre todo en el laboratorio, actualmente la situación cambió y también hay de mujeres que lideran equipos enológicos y agronómicos. Hay muchas mujeres que cumplen un rol muy importante en la industria y no son visibles públicamente, que se desempeñan en áreas como calidad, investigación, docencia, turismo, sommelier”.
La joven enóloga afirma que hoy en día casi la mitad de los estudiantes de enología son mujeres. Algo que tal vez era impensado hace 25 años, cuando –por ejemplo– Andrea Marchiori se recibió de enóloga en 1996 siendo la única de su promoción.
En busca de esa equidad de género que tanto bien le hace a todas las industrias, Belén Soler Valle afirma que el mundo del vino está más que preparado para alcanzarla. “Es un mundo abierto, poético, que tiene arte, la tierra… es un espacio donde la mujer puede entrar completamente, es un mundo romántico y está preparado para recibir muy bien a la mujer, y la mujer se puede meter en comodidad y sentirse en su ambiente”.
Entonces, ¿sigue siendo un ambiente liderado por hombres?
“Obviamente sigue siendo un ambiente en el que prevalecen los hombres”, responde Belén Soler Valle. “Pero no creo que liderado, hoy en día cualquier mujer que tenga la capacidad y la pasión puede entrar en el mundo del vino. No veo hoy en día que se le cierren las puertas a las mujeres en ningún ámbito. La igualdad está llegando al nivel en el que tendría que haber estado siempre y la mujer está desarrollando un rol muy importante en la sociedad; por supuesto hay muchísimos más hombres que mujeres, pero eso con el tiempo va a ir cambiando hasta que quede a la par”.
Lorena Mulet se suma a la respuesta de Belén y agrega que no cree que sea “una profesión machista, y lo demuestra la cantidad de mujeres que en la actualidad integran o dirigen equipos enológicos. Lo interesante es la participación de ambos géneros permitiendo un complemento integral para obtención de un buen producto”.
En este sentido, Susana Balbo –quien sintió hace muchos años que las puertas se le cerraron por ser mujer– afirma que hoy “es muy diferente y es más una ventaja” que una dificultad. “Porque nos hemos labrado una reputación de ser creativas, responsables, muy trabajadoras y excelentes profesionales. El futuro definitivamente tiene cara de mujer”.
Por Pancho Barreiro / pancho@vinosynegocios.com / @pansso